miércoles, 6 de mayo de 2015

Escuchar en colores

12:38 p.m. Posted by DC , No comments
Música, formas visuales y colores, es uno de los más intensos y estimulantes vínculos que presenta el fenómeno de la sinestesia. 

Uno de los más grandes músicos de la historia, Ludwig Van Beethoven, sufrió los efectos devastadores de la sordera cuando su obra empezaba a hacerse famosa y él a despuntar como un compositor a tener en cuenta.  En los últimos días de su vida, tratando de reconocer en el ya entonces también enfermo de sífilis Franz Schubert como su heredero, cito a éste en su casa para hablarle de un secreto que había mantenido oculto durante toda su vida. 

Allí, sentado Schubert a los pies de la cama, escuchó de boca de Beethoven, éste contaba que  veía colores cuando pulsaba las teclas del piano y que los objetos de la habitación le hablaban en notas musicales. No sabemos si Schubert achacaría estas afirmaciones a demencias de un hombre desahuciado. Hoy sabemos que Beethoven, como muchos otros, era sinestésico.


Ludwig Van Beethoven

La sinestesia es un efecto neurológico peculiar que tiene un porcentaje mínimo de la población, en el cual dos sentidos se mezclan y se perciben a la vez. Con mayor frecuencia se dan correspondencias entre tonos de color, tonos de sonidos e intensidades de los sabores de forma involuntaria. Pero igualmente los sinestésicos pueden oler colores, ver sonidos o escuchar tonos musicales cuando ven diversos colores de objetos. 
F Ecualizador. F. Irving Programs

La fuerza visual con la que se presenta esta particularidad en el arte no deja de ser personal y compleja de trasmitir al espectador. Para los que no tenemos esta peculiaridad sensorial, hay imágenes que nos pueden resultar reconocibles y que podrían darnos un ejemplo visual aproximado, por ejemplo, los colores y los movimientos según los tonos musicales del ecualizador.

Los patrones generados en arena a través de sonidos armónicos sugieren un equilibrio sensorial oculto. El físico alemán, Ernst Chlandni, estructuró estos patrones al observar las formas que un puñado de arena tomaba sobre una placa con distintos tonos vibratorios. 

Los patrones de Chlandni © Chris Smith

Los estudios de músico Alexander Scriabin trataban de demostrar la relación entre tono y color. Para ello inventó un teclado de colores que proyectaba en una pantalla los colores correspondientes a cada tono musical. Aunque no llegó a construirlo, sí que estrenó varias obras que se interpretaron proyectando diapositivas de color en el escenario relacionando los colores con los tonos de la obra. 

Cuando se publicó el trabajo de Scriabin, Sergei Rachmaninoff, el gran concertista ruso, se dio cuenta de que cuenta que la asociación entre notas y colores era la misma en ambos.



Las notas y los colores de Scriabin

Es en la música donde las capacidades sensoriales son más concisas y se estipulan con más especificaciones si cabe. Los colores se relacionan directamente con notas musicales y cada una tiene, –en cada sinestésico, pero sorprendentemente similares entre muchos–, una relación clara y definible.

Por eso Frank Liszt hablaba con sus músicos pidiéndoles que tocaran “algo más amarillo” o “con menos rojo”, y Rimsky-Korsakov pedía lapiceros de colores para subrayar las notas en sus pentagramas. 


La obra de Kandisnsky presenta similitudes sensoriales a la sinestesia.

La música de Bach ha sido estudiada en parámetros neurológicos semejantes y algunos estudios arrojan conclusiones referentes a las asociaciones culturales que hoy le damos a esos colores que los sinestésicos ven al escuchar determinadas notas o composiciones complejas.

Y esto deriva a la asociación cultural con dichos colores. Por sí mismo, los colores no trasmiten  ninguna idea asociada, excepto las que previamente nuestra cultura y sociedad les ha otorgado. Sin embargo, muchos de ellos trascienden en el tiempo y se alimentan de esos significados, participando del mensaje que se pretende de ellos. 

En las disciplinas artísticas donde los colores significan más, pues percibidos directamente por el espectador, es en los que tienen un componente visual destacado. En el cine y en la televisión, el color de los ropajes y el atrezo otorga magnitud al mensaje. 


 Verde representa la codicia y el amarillo alarma o precaución. Breaking Bad ® AMC Series

Estudios recientes señalan una pequeña ventaja evolutiva entre los sinestésicos. La sinestesia se presenta siete veces más frecuentemente en artistas, y muchos de ellos destacan con facilidad en sus respectivas disciplinas. 
En literatura, escritores como Rimbaud, Baudelaire o Vladimir Navokov fueron sinestésicos –con finales vitales muy diferentes, pero con excelencia en sus respectivas obras–. 
La música se percibe como un generador de sensaciones único. No es extraño que sea ahí donde se den los excesos sensoriales más significativos.

Oliver Sacks, el famoso neurólogo, publicó su libro Musicofília repleto de ejemplos de la relaciones sensorial con la música;

“Todos nosotros (con muy pocas excepciones) podemos percibir la música, los tonos, el timbre, los intervalos, los contornos melódicos, la armonía y (quizás de una manera sobre todo elemental) el ritmo. Integramos todas estas cosas y “construimos” la música en nuestras mentes utilizando muchas partes distintas del cerebro. Y a esta apreciación estructural en gran medida inconsciente de la música se añade una reacción emocional a menudo intensa y profunda.”

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