jueves, 7 de mayo de 2015

CAN’ KA NO REY EN ZONA ROLL

10:06 p.m. Posted by DC No comments
tl;dr: La noche paceña fue testigo del primer show de Can’Ka No Rey. La crónica del debut acá. 
Por: Luis Segovia 

     El cronista venía con el ánimo por el piso, al entrar en Zona Roll y zafar de pagar la entrada las cosas mejoraron.
   El cronista saluda a Cortez, vocalista y guitarrista de la banda que había ido a ver. La banda en cuestión era Can’Ka No Rey, la nueva agrupación heredera de la banda La Tercera, que reposicionando a Cortez al frente retomaba la búsqueda rockera.
Ajustaban, mientras, los instrumentos los chicos de Matto Groso. El cronista se pone contento de que llego relativamente temprano al show que había ido a ver.
Mientras Cortez carga nervioso el bolso que se notaba desde el espacio que tenía algo valioso, probablemente pedales, plata y/o marihuana, observo el lugar, era la primera vez que lo veía sobrio. 

    Ploteos gigantes de los dibujos de Rocambole que aparecen en la tapa de octubre aparecen pegados en los pilares y paredes rojas de Zona Roll. Completan el paisaje fotos de nuestro panteón ya clásico. El carpo, el ciego que guía a ciegos, el indio, skay, un desnudo Juanse y otra más del indio detrás del escenario, que tal vez esperando pogos intensos se encuentra vallado.
     Los asistentes eran un grupo relajado, ese vallado era exagerado, aunque puede considerarse protección al alejar a los visitantes de las cosas eléctricas.
    No tenía un mango, porque había dejado todo en el sombrero de la actriz de Desencuentros que había visto en la herrería, ella era muy linda y tenía la mejor sonrisa, no pude más que dejarle todo. 

    Manguié birra y me dio alguien. El violero cae y aceptando que su pedido “no era muy rockero” pregunta si alguien tenía un carilina. Uno de los asistentes se lo da. Cortez me dice “se tomo una pepa entera antes de venir”. El cronista no paraba de elucubrar para que quería un carilina, pero estoy seguro que no era para lo usual.
    El violero, también me comenta Cortez, habría tomado la inspiración Kinguiana de nombrar la banda como el campo de rosas / centro del universo que rodea a la torre oscura.
   El show de Mato Groso estuvo bien, no los había visto antes. El cantante tenía un look particular. Una onda Spielbergo, con joggings, gorrita, barba, entre zarpado en croto hipster y sólo croto de entre casa, pero que se yo, era recordable. 

   Después empezaron a moverse los chicos de Can’Ka. Cortez iba de acá para alla con el bolso, yo medio que me preocupe pensando que capaz tenia C4, y que iba a volar todo a la mierda si perdía Pacquiao, pero en eso me llega un mensaje señalando que Paqman había perdido y en sincronía lo veo sacar guita y pedales, tengo un buen ojo para esas cosas cuando no estoy fumado, debería dedicarme a las salideras cuando no estoy fumado.
   Van armando las cosas y me voy al fondo del lugar. Quería contemplar.
   Bajan los Matto, Suben los Can’Ka. 

     Cortez ya había advertido cierto acople, me resultó rara la observación, era de esperar cierto nivel de acople. Cuando arrancan efectivamente las guitarras aturden con un desconchado acople. Los oídos de todos sangran, fue un desastre. Nah mentira. Pero si hubo acople hasta que empezaron a tocar.
   La lista fue excepcional, un exquisito popurrí que sin alejarse del pank y el hard supo tocar todos los matices que tiene que tener un buen show.
   Arrancaron con el inesperado sonido de sirenas que suenan en el emblemático tema pulpfictionero Misirlou.
Me dejo descolocado, descoloque que aprovecharon para introducir su tema tranca de La llave, enganchada casi sin respiro con Buscando el momento. 


    El segundo cover de la noche fue el lado B de a77aque: Caballito de hierro. Que tras la presentación de la banda y el relato de la vuelta con nueva formación abrió la puerta a una versión del explosivo hit de espionaje de nuestro Lalo Schifrin, una versión mas rockera que la de Lalo pero sin copiar la de Limp Bizkit, y lo que fue un golazo, darle espacio a los instrumetales, este fue el segundo de la noche. El audio de la voz no fue de lo mejor, sobre todo por la ecualización que usa el rock de darle más peso a las violas, pero hacen falta más momentos de contemplación que los instrumentales dan. 

    Siguieron la power Revolver, donde el batero ya se había desatado y estaba sacado con el tupatupatupa tum tupa tum que mantuvo en El paso del tiempo menos cuando bajó un cambio en el ultimo cover de la noche Canción Inútil, también de Attaque 77.
   Cerraron el show Mil caminos y Todo aquí que Cortez interpretó sin la viola, a la que se le había cortado la sexta (sí, la sexta cuerda…) conchudamente.

   Al terminar el show saludo a Cortez antes de irme, y me comenta que el retorno anduvo para el orto todo el show. Media pila Zona Roll, pa la próxima.
Ahí nomás estaba la ruta, ahí nomas estaba el 371, ahí nomas estaba mi casa.



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