Ya no iban trenes a Jose C Paz y decidí caminar. Estaba por el piso, vi mi reflejo en un charco y hable:
- Los escépticos somos así
- ¿Eh?
- Dejá. Salí de ver desencuentros con Eli. La piba del expansor dorado ficho. Nada. Llamame, algo.
- En Perón y España dijiste “la garcha” y te tomaste cualquiera.
- Un bajón q haya q tenido q distanciarme de la colorada empoderada, yo me estaba encajetando fuerte y ella no sentía, ni sentiría nada. Ya la extrañaba.
- En este frío habría abrazado fuerte su humor despiadado.
- Sí, es una cagada no ser correspondido
- Posta, no te cabe que sea libre. Que tenga voluntad. Que pueda decir “no me gustas”.
- No me cabe que los oídos no dejen de escuchar ese: "no somos nada" después de garchar.
Es lúgubre José C. Paz por adentro. El 448 va por el mercante y esa plaza que está en frente se me hace la plaza más depre del mundo. Al bajar del bondi solo un pool y una cochería están abiertas. El naranja de la 197 me la baja. Las obras inconclusas me la bajan.
- La arenilla en las veredas me la baja.
- Los sobres de forros y los forros usados, eso te la bajan.
- Cortez la va a tener que remar. Pero basta de diario íntimo. Aye se enoj--
- Es loco. Le dije que no te dé motivos. No necesitamos saber el algoritmo de su depresión.
- Necesitamos su calor, el intoxicante sabor químico del carmín artificial en la boca.
Una bata de lejos me distrae. En el 371 decían los del fondo “vamo al tropi”, pero yo… pero yo.
- La extraño hoy por todos esos días que me va a hacer falta. La extraño hoy y listo. Ni un minuto más después de esta noche.
- Me doy tanta gracia.
Teníamos algo. Yo quise más y no había más. Soy un gordo, es mi naturaleza pedir de más. Y ella tan flaca. Debería haberlo visto. Encuentro sus fotos y no las puedo borrar. Las veo hasta que se me caen los ojos. Y con el mismo dedo que paso el pañuelo por los ojos: click derecho, click izquierdo. Ya está. Ya las borré.
- Ni sé para que las tenía
- ¿Por qué la querías ver sonreír? ¿Por qué querías verla divirtiéndose? Si no estábamos ahí. De ser Morel al menos, pero no.
- No tengo tanta imaginación, ni ciencia, ni ficción.
Última revisión antes de mandársela a Matías, me rompe los huevos. Sigue aplastándome su ausencia. Matías es comezón al lado de eso. Se me mezclan tus latiguillos se me meten en mi propia habla. Si te vieras tan gigante como te veo yo.
- Tenés que dejar de hablar con vos mismo
- Tengo que dejar de hablar con vos mismo
Por: Luis Segovia
Remezcla: mB-dC2
Imagen: Lydia Burris
http://lydiaburris.com/mixedmedia.html
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