lunes, 24 de marzo de 2014

Os Ñaupas - Teatro Leopoldo Marechal

3:32 p.m. Posted by DC No comments


UNOS BUENOS TIPOS QUE TE VAN A PATEAR LA CABEZA



TL;DR:  El viernes 21 de marzo la banda Os Ñaupas llenó de rock el tradicional teatro en el marco de “El Marechal en Movimiento”. En Abril sacan disco.


Por: Luis Segovia (El Pibe del Under)


San Miguel tiene una movida, el rock vive, sin dudas. Bares, centros culturales, alguna calle tomada, o una quinta peroncha son los lugares en los cuales la obstinación se apresenta y permite al rock existir y resistir. Por eso ir a un teatro a escuchar rock tiene un sabor raro. Uno se acostumbra y asocia rock a zucuchos oscuros, bares con el piso lleno de vomito, bares llenos de hipster que no poguearían ni aunque la vida de sus Macs dependiera de eso, o a pasto bañado por rocío de la tarde y birra. Por eso cuando me senté en los afelpados sillones del Marechal, cuando escuché las voces de las señoras en el fondo jugando con los bebes, me sentí extraño. ¿Acá habrá rock? Ni siquiera hay olor a porro. Por las dudas yo no prendí. Las luces azules del escenario vagamente iluminaban un bajo a la derecha, una bata a la izquierda, un ampli en el medio, todo pintaba que habría música. 

domingo, 23 de marzo de 2014

Ilusiones de un cuerpo

11:42 p.m. Posted by DC No comments
   
     La fotógrafa norteamericana Gracie Hagen fotografió a diferentes personas con diversos arquetipos para demostrar cómo la postura define la expresión corporal. Actualmente, la artista está buscando personas con deformaciones genéticas, o que hayan sufrido algún accidente, para humanizar su condición a través de su trabajo.




Borges: símbolo de un encono permanente por Osvaldo Soriano

10:49 p.m. Posted by DC No comments
Cuando supo que iba a morirse,Borges debe haber sentido un irrefrenable deseo de reencontrar su lejanisima juventud en Ginebra.De un día para otro levantó su casa de la calle Maipú, en Buenos Aires, despidió a Fanny, la mucama que lo había cuidado durante treinta años, y se casó con Maria Kodama, que era su asistente, su lazarillo, su amiga desde hacía más de una década.


Como lo había hecho Julio Cortázar en Buenos Aires dos años antes, Borges fue a mirarse al espejo que reflejaba los días más ingenuos y radiantes de su juventud. Cortazár en cambio, necesitaba asomarse al sucio Riachuelo que Borges había mistificado en poemas y cuentos donde imaginarios compadritos del arrabal asumían un destino de tragedia griega. Curiosa simetría la de los dos más grandes escritores de este país: Cortázar espantado por el peronismo y la mediocridad,decidió vivir en Europa desde la publicación de sus primeros libros,en 1951.Fue en París que asumió su condición de latinoamericano por encima de la mezquina fatalidad de ser argentino. Borges, en cambio,no pudo vivir nunca en otra parte.Tal vez porque estaba ciego desde muy joven y se había inventado una Buenos Aires exaltalte y épica que nunca existió. Un universo donde sublimaba las frustraciones y el honor perdido de una clase que había construido un pais sin futuro, una factoría próspera y desalmada. Borges se creía un europeo privilegiado por no haber nacido en Europa. Aprendió a leer en inglés y en francés pero hizo más que nadie en este siglo para que el castellano pudiera expresar aquello que hasta entonces sólo se había dicho en latín, en griego , en el árabe de los conquistadores o en el atronador inglés de Shakespeare.


De Las mil y una noches y La divina Comedia extrajo los avatares del alma que están por encima de las diferencias sociales y los enfrentamientos de clase. De Spinoza y Schopenhauer dedujo que la inmoralidad no estaba vinculada con los dioses y que el destino de los hombres sólo podía explicarse en la tragedia. De allí llegó al tango y a los poetas menores de Buenos Aires, los reinventó y les dio el aliento heroico de los fundadores que han cambiado la espada por el cuchillo, la estrategia por la intriga, el mar por el campo abierto. El Rey es Azevedo Bandeira, degradado y oscuramente redimido en "El muerto". Gothe está en el perplejo alemán de " El sur " que va a morir sin esperanza y sin temor en una pulpería de la pampa. En cada uno de sus textos magistrales, con los que todos tenemos una deuda,un rencor, un irremediable parentesco bastardo, Borges plantea la cuestión esencial - dicotómica para él-, de la de-formación argentina: la civilización europea enfrentada a la barbarie americana. Como el escritor Sarmiento y el guerrero Roca, que fundaron la Argentina moderna y dependiente sobre el aniquilamiento de indios,gauchos y negros, Borges vio siempre en las masas mestizas y analfabetas una expresión de salvajismo y bajeza. Pertenecía a una cultura que estaba convencida de que Europa era dueña del conocimiento y de la razón.Con las ideas de Francia, las naves de Inglaterra y las armas de Alemania se llevó adelante el genocidio "civilizador", la pacificación de esas tierras irredentes. De aquí, de los criollos, sólo podía emanar un discurso salvaje, retrógrado, sin sustento filosófico,enigmático frente a la consagrada palabra de Rousseau y Montesquieu. Borges es el atónito liberal del siglo XIX que se propone poetizar antes que comprender. La ciencia no está entre sus herramientas: ni Hegel, ni Marx, ni Freud, ni Einstein son dignos de ser leídos con el mismo fervor que virgilio,Plinio, Dante,Cervantes,Schiller o Carlyle. El único mundo posible para Borges era el de la literatura bendecida por cien años de supervivencia. De modo que se dedicó a recrearla, a reescribir enigmas y epopeyas, fantasías y evangelios que iban a contracorriente de las escuelas y las grandes mutaciones de las ideas y las letras. Fue un renovador del estilo, el más colosal que haya dado la lengia española, y esa forma, fluida y asombrosa,nos devolvia a las incógnitas y los asombros de las primeras civilizaciones. Unió,desde su bibioteca incomparable, las culturas que parecían muertas con los estallidos de Melville, Joyce y Faulkner. Su genio consistió en transcribir a una lengua nueva los asombros y los sobresaltos de los papiros y los manuscritos fundacionales.No amaba la música ni el ajedrez, no lo apasionaban las mujeres, ni los hombres, ni la justicia. El día que lo condecoró en Chile la dictadura de Pinochet el escritor reclamó para estas tierras feroces "200 años de dictadura" como medio de curar sus males. Mas tarde, cuando Alfonsín derrotó al peronismo, es decir a la barbarie americana, escribió un poema de regocijo y esperanza. En esos días, Julio Cortázar había retornado a Buenos Aires para verse a sí mismo entre las ruinas que dejaba la dictadura. Iba a morir pronto y volvía a reconocer el suelo de su infancia, los zaguanes de sus cuentos y las arboledas de las calles por donde había paseado sus primeros amores. El gobierno lo ignoró ( su modelo de intelectual es Ernesto Sabato) y Borges se molestó porque creía que el único contemporáneo que admiraba no había querido saludarlo. En verdad, Cortazár - tímido y huidizo- no se atrevió a molestarlo y temía que las diferencias politicas, ahondadas por las distancias,fueran insalvables. Él le debía tanto a Borges como cualquiera de nosotros, o más aún, porque el autor de "El aleph" le había publicado el primer cuento en la revista Sur. Muchas veces, en Paris,evocamos a Borges.Cuando aparecía uno de sus últimos libros o alguna declaración terrible de apoyo a la dictadura. Cortázar sostenía- como todos los que lo admiramos- que había que juzgar al escritor genial por un lado,al hombre insensato por otro. Había que disociarlos para comprenderlos, ir contra todas las reglas de razonamiento para crear otra que nos permitiera amarlo y sentirlo como nuestro a pesar de él mismo. Porque ese creador de sofismas,que pensaba como el último de los antiguos,nos ha dejado la escritura más moderna y perfecta que se conoce en castellano. La que ha sido más imitada y la que ha dejado más victimas,porque hoy nadie puede escribir, sin caer en el ridículo,"una vehemencia de sol último lo define", rematar un cuento con algo que se parezca a "Suarez,casi con desdén,hace fuego", o "En esa magia estaba cuando lo borró la descarga" o " el sueño de uno es parte de la memoria de todos" , o "No tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre". Esta contunencia viene de las lecturas de Sarmiento, pero no tiene continuadores porque la Argentina que ellos imaginaron se fue enfermando a medida que crecía, como los huesos sin calcio. El sueño del conocimiento se convirtió en la pesadilla de la falsificación y varias generaciones de intelectuales escamotearon la realidad o se quedaron prisioneros de ella. La literatura de Borges es la última elegía liberal, el canto del cisne de una inteligencia restallante pero ajena. No por nada los jóvenes de las últimas generaciones quisieran haber escrito El juguete rabioso o Los siete locos,de Roberto Arlt, aunque admiren la simétrica perfección de "Funes el memorioso" y "Las ruinas circulares". Es que la perfección está tan alejada de lo argentino como el futuro o el pensamiento de los gatos. Borges no es grandilocuente, los argentinos sí. Arlt lo era, también Sarmiento y Cortázar, que se interna, como Borges, en lo fantástico. Pero Cortázar suena a amigo, a compañero, y Borges a maestro, a sabio cínico.


Así Cortázar había asumido su destino latinoamericano pero no podía separarse de París, Borges vivía en Buenos Aires porque creía que así estaba más cerca de Europa. Antes de morir, ambos fueron a cumplir con el juego de los espejos y las nostalgias: uno en los corralones de Barracas y el empedrado de San Telmo;otros en los parques nevados de Ginebra donde había escrito en latín sus primeros versos y en inglés su primer manual de mitología griega. Borges fue a morir lejos de Buenos Aires y pidió ser sepultado en Ginebra, como antes Cortázar había preferido que lo entierren en Paris. Fue, quizás, un postrero gesto de desdén para la tierra donde imaginó indómitos compadritos que descubrían la clave del universo, gauchos que temían el castigo de la eternidad, califas que leían el destino en la cara de una moneda china, bibliotecas circulares que descifraban el secreto de la creación. Pocos son los hombres que han hecho algo por este país y han podido o querido descansar en él. Mariano Moreno,el revolucionario,murió en alta mar; San Martín, el libertador, en Francia ; Rosas, el dictador , en Inglaterra; Sarmiento, el civilizador,en Paraguay; Alberdi, el de la constitución, en Paris; Gardel , que nos dio otra voz, en Colombia; el Che de la utopía, en la selva de Bolivia. Es como si el país y su gente no fueran una misma cosa, sino un permanente encono que empuja a la separación, al exilio o al desprecio.


Osvaldo Soriano
Jorge Luis Borges

sábado, 22 de marzo de 2014

El túnel

11:43 p.m. Posted by DC No comments
[...] Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí, como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado.


¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intocable... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser de piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal, la vida agitada que llevan esas gentes que viven afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado.


El túnel 1948. Capitulo 36 (Parte)




domingo, 16 de marzo de 2014