lunes, 13 de febrero de 2017

Parte de este mundo - Obra de Adrian Canale

9:37 p.m. Posted by DC No comments

Los jueves de febrero se presentará la obra-banquete Parte de este mundo en el Centro Cultural Recoleta, esta buena, suena Virus, los motivos para ir, acá.





Por: Luis Segovia

¿Que diferencia a una mesa de un escenario? Son básicamente tablas encima de otras tablas. Hay sin duda una cosa de escala, en términos generales,una mesa es más pequeña que un escenario, pero puede haber una mesa grande, y un escenario chico. Uno no come en un escenario, uno no actúa en una mesa… 

Basta de este falso dilema. Parte de este mundo es una obra de teatro genial, superrecomendada, todos deberían verla. Tiene de gancho que comés en mesas compartidas con los actores mientras la obra se desarrolla a tu alrededor. Nunca se trata de eso y la obra es mucho más, pero en estos tiempos, decir que te van a contar una historia de una mujer que marca mal un numero telefónico y se enamora, no tiene la onda de decir “boludoooo comés con los actores!!! sos parte de la obra xd xd!!


La obra toma historias de Raymond Carver y las escenifica a través de [spoilers] actores encubiertos como comensales [/spoilers]. Carver es un escritor que no te contextualiza, te tira en el mundo personal de sus personajes y los personajes se sienten como viejos conocidos que uno ya le sabe las mañas, entiende las miradas, los silencios, la forma de dejar la cuchara en la taza. No se si ese es el atractivo principal de Carver, pero es un rasgo distintivo. Me voy a contradecir. No se entienden las miradas, los silencios, pero uno entiende que paso algo, deja la duda sobre qué era lo que le pasaba a Mel con Teresa, y porque Mary decía tal cosa. No es una exposición descarnada, sino una mirada personal lo que hace que se vean reales. Carver (o Carver y Lish) logra(n) crear personajes que cuando se confiesan o exponen sus debilidades, se les vea lo que hay debajo, sea carne putrefacta de secretos horribles, una acuciante y mal tratada esquizofrenia  o una inocente esperanza.

Y en la obra Parte de este mundo, el grupo teatral ha logrado capturar eso. Entendieron todo. La escenografia esta compuesta por algunas mesas con manteles rojos y blancos en cuadricula, algunos platos y unos cuantos libros de Raymond Carver dispersos en la mesa. Me detengo un rato acá. Los libros son muy robables, por ejemplo hay ediciones de En el aura del Sauce que hicieron tiradas de 50 libros, traducidos por ellos, y eso no se consigue. También hay de Anagrama, que me son indiferentes.
Los relatos escenificados son aleatorios. Así que la obra cambiará con cada asistencia, además de que el teatro está vivo y blablabla.

Como se dijo, la obra tiene el gancho de ser obra-banquete, pues como gancho garpa, podes invitar a alguien y señalarle lo flashero de que la mesa sea el escenario. Pero intentá también resaltarle lo íntimo y clave que es compartir la mesa con alguien.  El comer te pone en una situación de vulnerabilidad, como diría Adorno en relación al cine, por estar constricto espacialmente a tu silla, tus brazos forzados a las apoyaturas de la silla o a la mesa dejando movilidad sólo en el cuello que se verá forzado a buscar los distintos puntos de acción, Adorno decía que esa situación de restricción potenciaba los efectos alienantes del cine, como si eso apagara la cabeza, e impidiera aburrirse, pero bueno, en la obra Parte de este mundo esa constricción genera una vulnerabilidad en el espectador, una tensa calma, una expectativa poderosa y llega a su pináculo en el comer, uno no come en cualquier lado, tiene que rutinizarlo antes, no come con cualquiera enfrente y no está acostumbrado a ser observado mientras come. Pienso que la obra entendió que estos relatos necesitan un nivel de intimidad alto, y se construye rápido en ese ambiente de generosidad plena. La obra no busca, como recomiendan los libros de management, obtener un almuerzo para lograr cerrar una venta, sino, creo yo, meterte en ese mundo carveriano de una forma piola. No como Birdman, que parece querer aterrorizarte.

Al final hay un postre musical que funciona como puente entre la realidad de la obra y la realidad del o de la asistente que luego funciona como estímulo pavloviano. Siempre que suena, te recuerda la sensación linda de la obra y eso es un lindo regalo.

He visto Parte de este mundo tres veces con años entre cada vez, y pretendo verla de vuelta. Puedo afirmar que siempre que la veo me llevo algo distinto y trato de ir siempre con alguien que quiero. La primera vez que vi la obra estaba solo, fue una función a la gorra que hicieron a pesar de ser solos tres espectadores (era en un teatro chico y joven de San Miguel, en una Noche de los museos, por eso había pocos espectadores), sentí dos cosas, una admiración fuerte por el profesionalismo, de hacer la obra en su versión completa (la obra es una antología de relatos, y podrían haber hecho uno o dos y taza taza, pero no). Profesionalismo la primera cosa, y segundo, que es lo mismo desde otra arista, supongo, la sensibilidad con que se tratan los personajes, esos personajes, que en cada mambo existencial tenían un poco del espectador, del actor y del ser humano en general, esa afinidad que logran a través de pulirla a lo largo de los años, es genial.

Los días jueves de febrero (9, 16 y 23) la obra se ejecutará en el patio del CCRecoleta, que es muy lindo. Ese patio tiene una calma que me imagino solo puede ser lograda ubicándolo entre un museo y un cementerio. En la vida cotidiana, comer en el patio tiene otra onda, es una escena disruptiva de la rutina, pero que a pesar de ser copado no lo hacemos siempre. Creo que vale mucho la pena fumarse las dos horas para conseguir la entrada la recomiendo fuerte, anda con alguien que quieras.

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