tl;dr: Peli clase Z de Georgina Zanardi. Un pajero busca
dejar la paja. Hay culos y tetas.
Por: Luis Segovia
La obra de Zanardi toca un tema universal, y en su
tratamiento retoma escenas ya clásicas como, por ejemplo, la que hizo Hideaki Anno en the The End of
Evangelion, puesto que El onanista perturbado empieza con una paja fuera de
cuadro, pero esta paja se diferencia y emparenta con otro film que también toca
el tema de la represión sexual: Antichristh, de Lars Von Trier, la paja de
Zanardi y la paja de Von Trier, ambas, terminan con eyaculación de sangre, y
eso es lo que da comienzo a la búsqueda personal por la salvación.
El tema de la masturbación como instancia representativa de
la soledad y la imposibilidad de conectar más que con el semen en la mano pone
en discusión la necesidad del hombre de ser social. Este Shinji gordo y pelado,
Jero, el protagonista, interpretado por Ramón Cuchillo Caribe, empieza a
preocuparse por ser solo y por la posibilidad de estar enfermo, pero es la
amenaza de convertirse en un caso bizarro de Crónica lo que lo impulsa a buscar
ayuda. No quiere convertirse en la placa roja de "MURIÓ POR PAJERO".
Sin embargo el protagonista es el arquetipo de alguien odiable. Que sea víctima de sí mismo no da ternura. Es gordo, pelado, forro, manipulador, drogón, borracho, pajero, no hay en él absolutamente nada que genere empatía. Esta instancia de desvictimización recrudece. Descaretea. Permite divertirse con los patéticos resultados que encuentra en su recorrido por dominar su adicción. Así los consejos bizarros de amigos, la terapia de un grupo de sexoadictos y la represión religiosa lo terminan cagando y le cabe por gato. Con resultados sexuales.
Monjas conchudas. Putas quisquillosas. Compañeras predadoras. Todo es objeto de deseo y tragedia para Jero que no encuentra más que nuevas instancias de degeneración. Zanardi no se preocupa por la agenda política del feminismo, ni tampoco apologiza a sus protagonistas, los odia a todos por igual.
El trabajo subliminal es interesante. La aparición
fantasmagórica de Zappa en los fondos divierte, marca la elección de rumbos en
la trama. La colocación de productos es abrumadora: Los posters de Diablo de
Nicanor Loretti, la revista Cine Fantastico y Bizarro, cuadros del festival
Viñetas Sueltas, el Muere monstruo muere grafiteado y las remeras de Hërpes y
Pogo en el ascensor, aparecen como puentes al universo del palo. Como hacen los
yankees con la bandera y sus monumentos. We're legion.
Las limitaciones técnicas y actorales de la grabación se
compensan fuerte con tetas, culos, humor, chotas cercenadas, diálogos con un
burdo doble sentido y un manejo claro y conciso de la historia. En la hora y
dos minutos de la película no hay relleno. Las escenas contribuyen a establecer
los dilemas y conflictos aunque estos se resuelven con magia, cuchillos y
petes.
Georgina Zanardi plantea al dilema de las adicciones
sexuales con una mirada descarnada, violenta, cruda como una chota que te
encuentra en la parada del colectivo y te golpea la cara. Pero te golpea con
represión, con castración, argumentando que la libertad es la posta.
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Podés verla próximamente en el ciclo de cine SARMIENTO SANGRIENTO, de la Universidad de General Sarmiento, gracias a Kermesse Producciones.
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