tl;dr: Un día después de la marcha de #NIUNAMENOS2016 se hizo una fecha feminista en el bar de josepa. Tocaron bandas, leyeron poesías mostraron cuadros y pelaron tetas. También hubo condenas al rock violador y sus apañadores.
Por: Luis Segovia y Matías Beltrando
Ciclo Valerie Solanas vol1
Llegamos temprano, onda once y media, Lucha bajaba en la estación y se iba pal otro lado, Foxy gritaba “Lucha, Lucha” y no daba gritar “lucha” a las doce en la estación de Jose C. Paz.
Tiene una vibra marginal la estación, un diseño urbano terrible sumado a ser una cabecera (intermedia) de la linea, la convirtió siempre en un atolladero de gente, desorganizado, con oportunidad para el crimen de rapiña y el caos vehicular. Si bien los tiempos cambiaron, Jose Cuchillo está más tranqui que, digamos el 2001, el derrumbe de los juicios obsoletos es lento.
También se da a las doce la caravana de pibes que van al Torna y a Scombro y los otros boliches del cruce. La distancia es caminable desde la estación, unas quince cuadras, y el target de esos boliches es wachiturro, cumbiero, popular. Mostrado durante décadas en los medios como delincuentes barderos hasta que prueben lo contrario.
Arranco el texto así, con una escena que cuando la escribí la pensé humorística en el estilo de: “boludo como vas a gritar lucha en josepa, te van a acuchillar” juega con un prejuicio, que me siento en derecho de usar, por haber crecido ahí, saber que a veces es peligrosa, y que alto bardo la estación, pero también saber que no es solo eso... pero si lo contextualizo luego me siento un sorete. Arranco el texto de un suceso que pasó y lo interpreto luego. La interpretación de algunas palabras vendrán a colación.
Le pedí a Foxy que me de una mano con la redacción, así que habrá mucha cita a él. Tal vez una edición (a partir de acá en bastardilla y violeta).
Sigo con la reconstrucción. Caminamos a Friendship, las tres cuadras vacías que separan al bar de la estación.
Valerie Solanas le pusieron al evento, le pegás una wikipediada y te das cuenta que la entrada fue redactada sin amor: “Solanas fue una paciente psiquiátrica que pasó por el Hospital Psiquiátrico de Bellevue. Escribió el Manifiesto SCUM”
Ese manifiesto, dice la Wikipedia: “se enmarca dentro del Feminismo radical de los años 60, expresa su odio a los hombres y propone su exterminio”.
Entre los puntos notables de la biografía de Valerie Solanas es imposible no nombrar que intentó matar a Andy Warhol en 1968. Ese evento dio espacio a biopics, entre ellos I shot Andy Warhol que está completa en YouTube por si queres verla.
El manifiesto que escribió es un texto interesante. Pueden leerlo y ver si concuerdan con la postura. Es bardero, tiene una prosa fuerte, una argumentación débil pero seductora, hablar de los crímenes de la historia y acusar a los hombres es fácil, también a los ricos, también a los poderosos y la religión, que también son hombres.
En cada lucha por la libertad y la felicidad la mujer sea el bando en el que esté está peor. Pero son distintos tipos de opresión. Y el feminismo en forma abstracta se opone a esa opresión, digamosle masculina. Las luchas feministas entonces son múltiples, las negras del cuerno de Africa pedirán que no les quiten el clítoris, las yankees graduadas de ingeniería de sistemas igualdad salarial, y así... Esta fecha en particular levantaba dos banderas, derecho a abortar, derecho a que no te maten.
El evento:
Fui con Foxy, Lucha y Marcos. Fueron medio rezongando de que quedaba en Josepa. FS me cabe, por el sillón que ya mencioné en otra oportunidad, y que refuerzo, es el más cómodo de todo el conurbano noroeste.
El Ciclo Valerie Solanas Vol1 constaba de bandas, lecturas, proyecciones y muestra de artistas plásticos. En un rato repasamos todo eso.
Cuando fuimos no sabíamos nada de los organizadores, ni de Solanas, ni qué esperar o qué onda. Yo les tiré la idea de ir porque vi que Celeste B me había invitado por Facebook. Celeste está en muchas movidas, muchas de ella feministas, muchas contraculturales, siempre interesantes.
Entramos. Primera impresión, muchos pañuelos verdes, símbolo de la lucha por el aborto seguro, legal y gratuito, el 70 % de la concurrencia vestía esos pañuelos.
Vamo al sillón. Nos sentamos, no nos podemos ver las caras, pero podemos ver parte de la decoración, veo dos siluetas colgadas. Pensé: “será algo por el 24 de marzo”, pues tenían una reminiscencia a las siluetas que algunas vez decoraron la ESMA. Siendo 3 de junio, no habían pasado ni diez días. Hay una figura panzona, y una figura delgada, ambas parecen femeninas, flasho una mujer embarazada y una mina, desaparecidas, como dije no sabía de qué iba la movida, más allá de la afinidad feminista.
Nos reacomodamos porque tampoco podíamos pedir birra. En la barra nos cruzamos con Marcos, de Mil años Rock, nos saluda, porque íbamos con Lucy Diamonds y bueh, toda la fama. Marcos fue a pedir fecha para su banda, no tenía idea tampoco del evento.
En la barra noto que los colgados son Wallas y Fernanda Aldana, sus efigies estaban colgadas como cómplices del rock abusador. Esta decoración te marca un posicionamiento radical, al menos desde lo decorativo, de condena a los complices, al menos discursivos, de la violencia sexual hacia la mujer.
Cuando termine esta nota lo del rock violador ya va a estar recontra re tapado por Messi, la ruta del dinero K, o lo que sea que se fogonee en esa semana. Pero pasó, lo que amagó con destapar la olla de los abusos en nuestro rock, se olvidó.
En esa semana también salió a recircular una nota del ex cantante de Attaque, del año 97, prácticamente reconociendo su afinidad pedófila, dando a entender que estaba todo bien, no fue un escándalo en su momento, y en este tampoco, o fue un escándalo menor, el lo redujo en un twit.
Si pensamos que la sociedad cambia, porque hay gente dispuesta a colgar a Wallas, podemos pensar en una sociedad donde a Ciro se lo dejó pasar porque ya prescribió.
Es un bardo pensar estas cosas.
Mientras mis acompañantes, que como dije eran tres, pero no dije que son altos borrachos incurables, mientras se pedían una birra, recorrí el bar.
En la pared, Celeste colaboraba con la pegada de fotos y dibujos que iban a formar la muestra. Saludé a Celeste y me dio forros que aún se pudren en mi mesa de luz. Los forros eran parte de eso de “anticonceptivos para no abortar, abortos para no morir”. Eso estuvo piola. Debería ser una política de los bares regalar forros.
Las fotos de la muestra eran fotos rockeadas de Mariela Maldonado, una selección de minas que tocan en bandas de la zona o del circuito, y me copó encontrar a la Gaby Almirón
agarrando el mic con ambas manos a medio camino de Morrison y Heather Harmon mientras con ojos cerrados fruncía el entrecejo y una pasión de trance parecía inundar el fotograma de un canto demoledor. Le escribí al día siguiente diciendo que su foto fue parte de una muestra. Me contestó: “y?”. Alta conchuda. Fue lo último que le escribí, la quiero mucho. Veinte días sin hablar y todos los que pasan y pasarán.
Las artistas que expusieron fueron Barbara Díaz, que llevó Barbitúricos, dibujos a lápiz en blanco y negro con un estilo surrealista y melancólico, aunque esto tal vez sea una redundancia, o yo tal vez siempre asocié Surrealista con melancólico. Irina Mato que tiene una onda cubista, que filtra caras entre un armonioso y brillante caos de color con unas reminiscencias a Guayasamin . Y Guada, que no tiene apellido pero un estilo medio Layquiano, digo layquiano porque se ve mucho por San Mi, su aporte consistió en retratos frontales de ojos grandes, luz y perspectiva plana en una paleta monocromática con ocasional uso estratégico del color. Todos los retratos de Guada, mujeres.
Mujer fotógrafa, mujeres dibujantes, mujer pintora, mujeres organizadoras. Todo remite al tema del feminismo, sus enfoques, sus posturas, su lucha simbólica.
Entiendo el refuerzo constante que hay que hacer para reconocerse capaz de hacer algo. Es fácil creer que uno puede ser lo que quiera, como dice Disney, o las empresas de juguetes, pero solo en el hacer reconocemos nuestros límites, y sólo en el fracasar y reintentar nuestras capacidades. La reiteración del mensaje “wacha, no sos menos, hace lo que se te cante” reforzándolo por minas haciendo muchas cosas, más siendo tema de, por ejemplo, los cuadros y las fotos, invita a poner la mujer en el centro del eje, eso está bueno, habla del posicionamiento feminista del evento.
La mujer se reconoce y de ahí si quiere construye con feminismo o sin él, pero incluso esa parte de por más mutante que seas, reconocerte mujer es un frente de lucha que las organizadoras también parecían querer enfocarse.
Foxy escribió la parte de la música, yo solo escuché la primera banda, tuve que salir afuera a arreglarle la cabeza a Marcos.
La música arrancó con InmovilAria, ya los nombres que son juegos de palabras me geden, y este en particular que no se que flasha.
InmoviliAria en seteo Meg y Jack White fue en la que más se notó las buenas intenciones. La falta de ensayo, y los brazos duros (tal vez por nerviosismo) no dejó ver otra cosa. Pero tienen algo por ahí dando vuelta que da esperanzas de ir a verla de nuevo en un futuro. Un total desacierto (involuntario) que el estilo de canto del guitarrista sea tan parecido al de Cristian Aldana. El otro yo, y su lider y cantante Cristian son referentes ineludibles de varias generaciones de músicos y hacedores culturales y sea culpable o no, es triste ver como manejo el quilombo en el que se metió. La imagen identificatoria de InmovilAria llama la atención, si había remera la compraba... creo. Aplauso para el que la haya elegido para “las visuales”, que por largos momentos, tenían el fondo de escritorio de un XP, y el media player de windows.
Las visuales alternaron el fondo del prado de Win XP, el logo de InmovilAria, con dos videos de YouTube, uno del encuentro nacional de mujeres de Mar del Plata, algunas marchas y duelos con la policía y otro que tenía un poema.
Celeste improvisaba unas arengas, y agradecía a todos los que se coparon en ir, Cele es una vegana amorosa, me cuesta asociarla con una ideología radical de matar a la mitad de la población, su mensaje era de combate por lo propio, la vida y las decisiones. Algo de espíritu combativo punk de no concesiones se mezclaba. Yo ultimamente estoy re conciliador, no se que onda, extraño no intentar entender (y a veces justificar) al enemigo, extraño pedir que maten gente.
Después de Celeste y la banda, Sandra San leyó unos textos, muy bajoneantes, muy anticlimáticos, que fueron escuchados con respeto, y aplaudidos con pasión. Eran textos enmarcados en la tragedia, y en la lucha, pero la puesta escénica de festival, el calor, escaso, pero existente de Inmovilaria se esfumó en los versos de Sandra, ya hacía frío, no se como se podrían haber integrado las lecturas de poesía, siempre necesarias, al festival.
Nos hinchó las bolas a todos el uso de palabras como cuerpas, pibxs, todes, nos generaba rechazo, es así. Parecía discordante con todo lo planteado y presentado, como que lo vanalizaba, pero era la frutillita del postre, el ataque por el discurso. Lo simbólico otra vez en cuestión. Evidentemente organizar un evento toma más esfuerzo que incorporar una palabra, militar una causa toma más compromiso y desgaste que una palabra. Nosotros podíamos bancar el reclamo, la causa, pero las palabras nos generan rechazo. Sería trágico que una palabra desbarrancara una causa, sería trágico que una palabra desnudara nuestras ideologías.
Siguió Viento Negro. Agarrá la tristeza de Tom Yorke, el sonido melancólico de Velvet Underground, quitá los años de práctica y experiencia, y estaremos cerca de esuchar lo que fue ese intermedio en el que sonó algo con un buen bajo por momentos, y nada más.
Digo que fué un intermedio, fue la calma(?) que antecede la tormenta porque Plactons pegó fuerte, pegó rápido, pegó mejor, a Lucha le voló la peluca de colores, a mi no me hizo fangirlear de ese modo, pero reconozco que tuvo lo que tiene que tener una banda de punk por sobre todas las cosas, sonido roto y actitud. Y no hay más actitud que pelar tetas porque se me canta el ojete.
La
cantante se debatió durante toda su presentación entre el discurso
apropiado para el momento, pero exagerado para un relato maduro y
razonado que debieran de tener todo este tipo de movilizaciones, el
agite con la gente (que ya era bastante a esa altura), y su pedal de
chorus, (delay o phaser) que le daba una estética particular dentro de
todo el bardo contestatario. Casi seguro de que el pedal era un chorus. Le tendría que haber preguntado. Pero una mujer en tetas en un bar, inhibe.
Como corolario de lo experimentado en el apartado musical: Sonidistas, músicos, que la gente escuche bien y fuerte no quiere decir nunca que se tenga que quedar sorda. Seguimos siendo todos muy irresponsables en este tema. Asistentes y organizadores.
Cuando estaba por terminar de arreglar a Marcos, Lucha y Fox salieron, contentos de ver tetas. Quedó pendiente para mi ver a Planctons, nos fuimos, la noche en Josepa estaba acabada, y había más bardo que pensar. Onda matan una piba cada 30 horas.
Fotos: Mariela Maldonado
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