<Miércoles Viscerales>
Si habláramos de alguien más cambiaría lo que digo.
Hoy me duele todo el cuerpo.
Huesos, alma, piel, y carne.
Para llegar a acá saqué la más grande.
La piedra que ahorca, la muerte que tapa.
No puedo con otro abrazo seco.
Que la anorexia me desvanezca.
Que al negarme me soporte.
La lila y olor a nada.
Tal vez me disuelva en sangre.
Tal vez el tiempo me aclare la cara.
Tal vez la máscara punzó.
Un eco fantasma devuelve la risa,
que en el desierto no reverbera,
y aún así me rebota en la cara.
Tal vez la caverna y la alegoría me salven.
Que las sombras sean la realidad.
Si habláramos de alguien más cambiaría lo que digo.
Hoy me duele todo el cuerpo.
Huesos, alma, piel, y carne.
Para llegar a acá saqué la más grande.
La piedra que ahorca, la muerte que tapa.
No puedo con otro abrazo seco.
Que la anorexia me desvanezca.
Que al negarme me soporte.
La lila y olor a nada.
Tal vez me disuelva en sangre.
Tal vez el tiempo me aclare la cara.
Tal vez la máscara punzó.
Un eco fantasma devuelve la risa,
que en el desierto no reverbera,
y aún así me rebota en la cara.
Tal vez la caverna y la alegoría me salven.
Que las sombras sean la realidad.
El de pantalones rayados
Imagen: Óleo y grafito sobre aluminio, por Venecia Lopez
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