Hoy es diferente, nuestro Viejo de
Asfalto nos entrega la hoja arrancada de un libro -número trescientos once-,
subrayadas algunas de sus líneas con torpe pulso, y nos dice “Así”, pues la
pregunta que intentaba abrir el diálogo fue “¿Cómo estás?”:
“…y
preguntando y preguntando iba atizando su propia ofuscación, y sentía unos
irreprimibles deseos de soltarse a despotricar como un forastero, y de
permitirse por fin un instante de rebeldía, el instante tantas veces anhelado y
tantas veces aplazado de meterse la resignación por el fundamento y cagarse de
una vez en todo, y sacarse del corazón los infinitos montones de malas palabras
que había tenido que atragantarse en todo un siglo de conformidad.
-
¡Carajo! –gritó.
Amaranta, que había empezado a meter
la ropa en el baúl, creyó que la había picado un alacrán.
-
¿Dónde está? –pregunto alarmada.
-
¿Qué?
-
¡El animal! –aclaró Amaranta.
Úrsula se puso un dedo en el corazón.
-
Aquí –dijo..."
Gabriel
García Márquez, 100 años de Soledad (1967)
(traído
por) El de pantalones rayados, y así también está su razón
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