domingo, 19 de julio de 2015

El efecto weta: ¿Han dejado de funcionar los efectos especiales?

3:03 p.m. Posted by DC No comments
Un vídeo analiza en youtube las causas por las que, según dicen, los efectos digitales de las películas han hecho que éstas dejen de impresionarnos.



La tecnología avanza a una velocidad pasmosa. No fue hace tanto tiempo que vimos aquellos movimientos pseudo humanos de un T-1000 hecho de metal líquido, ni tampoco que vimos aquellas chimeneas del Titanic de la película homónima que se derrumbaban en mitad del colapso del barco. Podríamos decir que, desde la llegada de la mastodóntica producción de ‘El Señor de los Anillos’, son ya pocos los blockbusters que se atreven a proyectarse sin un poco de ayuda digital en la posproducción. Pero puede que por el camino hayamos perdido esa sensación de asombro que nos mostraban las primeras grabaciones que juguetearon con el CGI.


 

O al menos eso es lo que opinan los que estén detrás del canal de youtube StoryBrain, que en un vídeo ensayo de apenas 4 minutos han explicado The Weta Effect, o El Efecto Weta (en alusión a la compañía de posproducción vinculada a Peter Jackson), que creen que es el responsable último de que no nos terminemos de creer hoy lo que vemos en pantalla. Según defienden, la gente se siente menos impresionada por los efectos de los blockbusters que como lo estaba hace una década, ya que actualmente la tecnología permite un mayor nivel de detalle, mayor renderizado y texturizado, cosa que los equipos de desarrollo no han dudado de usar en todos y cada uno de los elementos visuales que aparecen en el plano. Y, con ello, cuando aparece en pantalla las imágenes modificadas acaban convirtiéndose en algo demasiado increíble y sintético, lo que deriva en que el espectador pierda la suspensión de credibilidad y se desvincule de lo que ocurre en la película.



Es decir, el núcleo de la tesis que defienden los de StoryBrain es que los efectos especiales no deberían ir en la senda del placer visual sino en la de la credibilidad, de servir para llegar a esas ideas (monstruos, superpoderes, efectos mágicos, ese tipo de cosas) a las que la realidad no le alcanza por sí misma para transmitir. Pero nada más. Como se ve en el vídeo, comparan el ‘Hulk’ de 2003 de Ang Lee con el ‘Hulk’ de Louis Leterrier 2008. Mientras uno se mantenía como un añadido a un entorno real, el otro se fundía con un fondo, con un ambiente, que se notaba que era tan artificial como su criatura protagonista. Aunque esto puede estar justificado dentro del ensayo, tenemos nuestras dudas cuando los autores se valen de las valoraciones de los usuarios en la página de IMDB para explicar por qué uno de aquellos Hulks gustó más a la audiencia que el otro.

 


Desde luego, las cosas han cambiado desde aquellos tiempos en que el CGI se usaba como último recurso para poner en imágenes lo que sus creadores querían contar, y que el abuso del modelado de colores que hacen entornos demasiado fantasiosos así como esos momentos físicos que no consiguen que el efecto de la gravedad nos llegue tal y como se produciría en el mundo real (sí, te miro a ti Peter Jackson, aquel Légolas subido a un olifante fue bastante vergonzoso) no le hacen ningún bien al cine moderno. En cualquier caso, tal vez haya un problema mayor derivado del abuso de los efectos digitales: hay directores que se están olvidando de que la cámara tiene que existir físicamente. La audiencia no es tonta, y detecta cuando una escena tiene una cámara, con su equipo y sus raíles, rodando y cuando no, y si no se mantiene esa referencia en la escena es cuando entramos en el territorio del videojuego, con toros nuestros respetos a ese otro medio. Si viste recientemente ‘Jurassic World’ y aquella carrera nocturna de los velociraptores por la selva sabrás a lo que me refiero.


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