miércoles, 14 de noviembre de 2012

Miércoles Viscerales

10:32 p.m. Posted by DC No comments


"Tan oportuno es olvidar un mal sueño al instante de abrir los ojos. Tan fácil es recordar para siempre un dolor fuera de él..."

Y un día volvieron. Con esas palabras de reflejo pretencioso recibí en renovada alegría una nueva carta de nuestro Viejo de Asfalto. Casi tres meses desde la última, ya creía trunco nuestro trato, aunque este no establecía tiempos; la inspiración es ingrata y no usa relojes, entendí en su momento y no me equivoqué.

Texto Noveno



"Tan oportuno es olvidar un mal sueño, al instante de abrir los ojos. Tan fácil es recordar para siempre un dolor fuera de él.

Nunca fui bueno para recordar fechas, siempre antes me llegaban a la cabeza, nunca a tiempo; no recuerdo mi primer beso, ni ahora el último. No recuerdo que desayuné ayer, pero tengo siempre presente un día de mierda. A veces no recuerdo con exactitud cuantos años tengo, pero esculpida en mi memoria, rígida y perenne la estatua de una navidad de infante.

Siempre fue de esta manera, la memoria me juega manos engañosas, o tal vez no reparto las cartas indicadas. Si siempre fue de esta manera ¿Por qué son tan profundas las raíces de memorias indeseadas? Estas memorias que atormentan, que reproducen un corto de bajo presupuesto, de esos que duelen los ojos, pero en este, la victima es solo el pecho.

Ciertamente, y luego de un camino no tan amplio, la sensación dejó de visitarme, al menos hace un tiempo. Y me sincero al decir que a veces desearía que no se haya ido, que prefiero ese nudo en la espalda a la vacuidad que prevalece. En cierto modo, era un empujón. La palmada de un amigo, el consejo de un padre. Decidí aprovecharme de él, de usarlo, y termine gastando sus aristas. Ahora ya hay nada. 
No está la lagrima de la angustia, ni la fuerza para que vuelva, no esta la gana del desvanecimiento. Use mis actos como litio y logre moverme del pensamiento, y aunque es costumbre del olfato traerme de vuelta, hoy es un numero en el aire. Antes se escondía de mi, abriendo la puerta al malestar, hoy me busca, me muerde el brazo, contento con mi gesto instantáneo.
Y si es que en parte estamos hechos de ausencia, es mejor dejarlo así. Un bolso repleto de excusas y parches, no es buen equipaje para ir.

Mercurio y litio nuevamente, logro moverme, y el olfato, ingrato olfato."




El de pantalones rayados y así misma está su razón.

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