lunes, 14 de julio de 2014

Tengo un gol atravesado

4:00 p.m. Posted by DC-Live No comments

*Por Pablo Dacciavo

               Dicen que no somos lo que vivimos, sino lo que recordamos de eso. Yo agregaría que tambien somos el relato de quienes nos cuentan lo que nos cuentan. Y la verdad es que yo me siento campeón del '86 cuando veo "Héroes". Yo reencarno en maradona cuando escucho el magistral relato de Victor Hugo en el gol a los ingleses, pero no más que eso. Es que recuerdo poco de lo que se siente en ese momento y esas cosas no se pueden transmitir. Claro, ahora caigo en la cuenta que yo no soy de esa generación que vivió las cuatro o hasta las cinco finales del mundo. Los que nacimos allá por los ochenta no estamos acostumbrado a los ´30 a los ´78 a los ´86 o a los ´90.  
               Desde el ´98 a esta parte vengo diciendo que es el momento ideal para festejar un mundial. Por esos años porque era el último de la secundaria y se vivia de otra manera. En el 2002 porque lo vivi con la banda de amigos y creí que nada podía superar festejarlo de ese modo. En el 2006 y 2010 no cambió mucho la ecuación. Pensé que éste era ideal porque encima se jugaba en Brasil. Sí en la tierra del más ganador de todos los tiempos, pero antes que eso nuestro rival de toda la vida. Era éste. Justo ahí, darle la vuelta en la cara. Poder gozarlos pero ahora con argumentos, y casi. Otra vez casi... Solo quería saber lo que se sentía.
              Ahora no me queda otra que pensar en la lejanía de Rusia. Son cuatro años entendés. Cuatro años es un montón. Pero quizá empiece a sentir que el momento ideal va a ser ese. Al fin y al cabo los caprichos de la vida me van demostrando que nunca es tarde para festejar un mundial. Siempre hay un motivo y un con quién.
              Esperé un día para ver si se me pasaba, pero no. Seguramente en un tiempo no muy lejano empiece a valorar lo que se logró. Porque así debe ser. Porque no me permito pensar en otra cosa que entender que lo que se hizo fue mucho. Pero hoy quiero sentarme a desembuchar todo lo que siento y no encuentro como amalgamar las palabras  con los sentimientos. Las palabras están ahí. Sueltas, pero están. Los sentimientos no sé donde buscarlos. Estan sigilosamente callados. Impotentes. Nada para reprochar. Estuvimos tan cerquita che. No entiendo, no sé. Hoy tengo bronca, mucha bronca. Pero por sobre todas las cosas, tengo un gol atravezado en el silencio.


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