jueves, 3 de julio de 2014

No creer en Dios

1:07 a.m. Posted by DC No comments

Miercoles Viscerales



No creer en Dios, no es tan fácil como parece.

 
Es en ese momento, cuando dejás de hacerlo, que estás más solo que nunca.

No se tiene noción de lo que ello provoca. De en el lugar que nos ubicamos.
En horas de impacto te confirmás, o volves a creer. Es en el shock donde te planteas las dudas, en la angustia.

Nadie se cuestionó un carajo saboreando un helado a las risas de una novia. Si se hizo un compromiso con el raciocinio, cae la ficha y te jodés.
Ya no tenés donde apoyar la cabeza para llorar, ya no hay a quien pedirle algo, no hay milagro, no ayuda divina. No podes recostarte en la tibia esperanza de que todo se solucione. Hay que arremangarse, hay que meterse en el barro. Ya sin tiempo para llorar, menos para cuestionamientos. Ahí es cuando verdaderamente ves lo duro que fue ese capricho de la adolescencia.

Ya no hay un abrazo cálido trascendental, no hay un colchón a lo lejos donde te podes recostar a que todo esto pase, pidiendo ayuda al viento, rezando para luego agradecer. No, estás solo. Ahí, con la sangre en la cara, el dolor de la boca en las manos.

Te das cuenta el precio de la razón. “Ahora dale, movete porque aqui no hay socorro”. Los que pueden estirar la mano están ahí con vos. Y sus limitaciones son las mismas que las tuyas.

No es tan fácil ser hombre, no es tan fácil no creer, no lo es crecer. Firmaste un contrato con la autosuficiencia terrenal. Los polvos celestes serán solo eso.

Las cagadas pasan, y cuando pasan, te limpias las lágrimas, secas la sangre, puteas bien fuerte, te jodes y seguís caminando.

El de pantalones rayados, y asi misma está su razón.

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