Miércoles Viscerales
Texto VIII
Texto VIII
"Lo sacudieron de entre las sábanas. Al
fin había terminado. Nunca pensó que esa combinación de palabras le fuera a dar
tristeza y alivio de un solo golpe. Se sorprendió de no llorar, se sorprendió mientras
pasaban las horas, y varios meses después.
Esa
mañana la perra no ladró, Dixie, reconocida por sus constantes alaridos en
reclamo, pareció respetar el momento. Solo duró ese miércoles, fue suficiente.
¿Cuanto
había pasado desde el último gesto de amor? ¿Cuanto desde la última palabra
hiriente? Sabía que ya no importaba, pero aun así, le apretaba el pecho, con
fuerza, con insistencia; pero sin lágrimas.
Con los años pensó
que la muerte no sería eso que lo derrumbara. Que inmune al repentino final que
ofrece el tiempo, caminaría por al lado, sin el peso en las rodillas.
Y
pasó, como pasan tantos, como pasaremos todos.